martes, 25 de mayo de 2010

Entrevista a Pedro Peña





Los periodistas culturales de segundo cuatro atacan a un escritor con sus preguntas y éste se defiende como puede: escribiendo.

Van las respuestas y mis saludos a vos y a tus alumnos. ¡Pasé un lindo rato contestando! Pero no quise extenderme demasiado para no dormirla. Un abrazo.
P.


Biografía
-Sí, tengo una esposa (una sola porque en Uruguay no se pueden tener más y porque además a mí me gusta así y la quiero sólo a ella). Se llama Alejandra, tiene 34 años (uno menos que yo) y nos casamos el 30 de diciembre de 2004. Fue el último casamiento de ese año en San José. Tenemos un hijo que se llama Santiago y tiene dos años. Además ahora estamos esperando otro niño o niña (aún no sabemos).

-Nací en San José, el 27 de febrero de 1975. Mi madre me contó que justo llovía.

-Escribo desde hace bastante, creo que desde que tuve un trabajo horrible en una empresa de créditos. Como nadie iba a comprar a ese lugar, me pasaba mi horario leyendo y escribiendo.

-Mucha gente me ha ayudado a escribir. La mayoría de ellos están muertos pues son otros escritores… Pero también me han ayudado varios vivos, entre ellos el profe de ustedes que una vez se leyó dos novelas mías y me ayudó a corregirlas. No me quiso cobrar…

-En mi infancia… creo que viví contento a veces, otras veces triste. Recuerdo que me gustaba ir a la escuela porque era de esos “inteligentes”, pero después se me pasó. Me gustaba mucho ir al campo de mis abuelos y andar a caballo y ordeñar y leer a la hora de la siesta.

-Me gusta mucho leer y me gusta mucho escribir. Si pudiera, creo que escribiría de mañana y leería de tarde. Esa sería una linda vida…

-Estudié profesorado de inglés en el Instituto Anglo y Profesorado de Literatura en el IPA. Me recibí de profe de inglés en 1998 y de literatura en 2008.


Sobre literatura en general
-En realidad libros míos hasta ahora sólo hay uno. Se llama Eldor y son cuentos de ciencia ficción, creo. Después escribí dos novelas cortas, casi policiales. Las dos van a salir este año. Una en Perú, otra aquí. Tengo escrito además otro libro de cuentos del planeta Eldor que todavía no va a salir porque no sé si a alguien le interesará publicarlo.

-Me costó mucho escribir este último que les mencioné y que nadie va a publicar…

-Fue Eldor.

-Me gustan libros de variados temas: aventuras, poesía, novelas policiales, ciencia ficción, libros de filosofía… es decir, lo que caiga. A veces lo que me gusta no está sólo en los libros sino también en internet.

-Creo que mi libro puede conseguirse en alguna librería, en alguna biblioteca de secundaria o en Ediciones de la Banda Oriental.

-Escribo porque me encanta y lo hago por trabajo y para pasar el tiempo.


Sobre el cuento
-Para escribir “Monturas” tomé varia imágenes de la obra de un escritor que me gusta mucho y se llama Francisco Espínola. Después que tuve las imágenes, la historia se hizo sola. Mi abuelo una vez me contó algo parecido que les había sucedido a unos conocidos suyos pero en su cuento el marido mataba al patrón. A mí me pareció mejor que terminara así, con otros detalles.

-Me siento identificado porque es un mundo que conozco de chico. El mundo del campo es muy importante para mí desde ese entonces. Pero la actitud de los personajes hombres esa sí que no me identifica. ¡Son patéticos!

-Ja… eso de la preocupación de Aníbal no lo sé… Debe ser porque está aburrido de ella, porque en esa vida de troperos se anda mucho y entonces no hay demasiado lugar para el amor…

-Está publicado en el suplemento del diario El País que se llama Cultural. No recuerdo el número… (yo sí: acá y, además, el autor tiene un blog: www.talondeulises.blogspot.com)



Las fotografías fueron tomadas en la ciudad de Minas. El partido se jugó como festejo por la obtención por parte de Damián González Bertolino (escritor de Maldonado, flaco, peludo, vistiendo deportivo gris remangado) del Premio Nacional de Narrativa (que también había sido ganado por Peña). Ese día, Pedro Peña hizo un gol de taco. En la última foto, lo está festejando mientras todo el mundo está asombrado, ya que el escritor maragato hacía rato que pedía que le alcanzaran el tanque de oxígeno.